Un experimento espacial busca la clave de la enfermedad de Alzheimer en la ingravidez

La Estación Espacial Internacional ahora alberga un experimento que podría ayudar a los científicos a descubrir los misterios de la enfermedad de Alzheimer.

La devastadora enfermedad -un tipo de demencia que afecta la memoria- asola actualmente a más de 5 millones de personas sólo en los Estados Unidos. Es un número tan grande que cada 67 segundos se hace un nuevo diagnóstico. Pero antes de que los científicos puedan encontrar una cura, necesitan entender mejor los orígenes de la enfermedad en detalle.

En los laboratorios las fibras relacionadas con el Alzheimer colapsan

Es probable que el Alzheimer avance cuando ciertas proteínas se ensamblan en fibras lineales largas que finalmente estrangulan las células nerviosas en el cerebro. En los laboratorios, sin embargo, estas fibras colapsan bajo su propio peso antes de que puedan crecer lo suficientemente grandes para estudiar. Aquí es donde entra en juego la posición única de la estación espacial como laboratorio libre de peso.

Los astronautas de la NASA utilizarán un experimento en la Estación Espacial Internacional para aprender más sobre cómo funciona el Alzheimer en el cuerpo humano.

Un cubo de cuatro pulgadas que contiene un experimento autónomo de estación espacial -más conocido como SABOL, o Self-Assembly en Biología y el Origen de la Vida- se aterra en el puesto avanzado de orbitación en el lanzamiento de la carga de SpaceX a la estación en enero.

“Todo el mundo quiere una cura, pero sin conocer la causa real de la enfermedad, básicamente se está disparando en la oscuridad”, dijo en una declaración Dan Woodard, consultor de proyectos del Centro Espacial Kennedy de la NASA. “No entendemos el verdadero mecanismo de la enfermedad. Si tenemos suerte, sabremos si las proteínas se acumularán en el espacio. Sólo en la ingravidez se puede producir un ambiente libre de convección para ver si se forman por sí solos. Esperamos aprender gradualmente de esto”.

Probablemente se formarán mucho más rápido, piensan los científicos

En el cuerpo, estas fibras de proteína tardan décadas en formarse. Pero en las condiciones ingrávidas de la Estación Espacial Internacional, probablemente se formarán mucho más rápido, piensan los científicos. Y sin gravedad para tirar de ellos hasta el fondo del contenedor, se espera que crezcan de una manera que demuestre cómo se envuelven entre sí para formar esas largas fibras que causan estragos en el cerebro.

A pesar de que SABOL no conduce directamente a una cura, podría ayudar a los investigadores a aprender más sobre cómo reducir la velocidad de crecimiento de las fibras dañinas.

“Tenemos que entender por qué algunas personas tienen estas condiciones y otras no”, dijo Woodard. “Tiene que haber químicos o procesos que obstaculicen o fomenten el crecimiento de las fibras proteicas. Puede ser algo tan simple como la temperatura o la concentración de sal del fluido en el cerebro”.